Durante la competencia, efectivos de distintas unidades de la Gran Unidad de Combate pusieron a prueba su capacidad operativa a través de exigentes desafíos técnicos, tácticos y físicos.
Las diferentes jornadas incluyeron armado y desarmado de armamento, navegación nocturna, remolque de vehículos, evacuación de heridos y situaciones tácticas en combate con ejercicios de fuego real, para lo cual emplearon tanto la ametralladora coaxial como la del jefe de tanque y los cañones de 105 mm.
El evento culminó con una formación de cierre, presidida por el comandante de la Brigada, en la que se entregaron distinciones a las tripulaciones destacadas y a los tres primeros puestos del torneo.